jueves, 11 de abril de 2013

Maldito ladrón de palabras

Seduciendo la noche
y sus lugares oscuros,
robaste todas las letras
para hablar lo prohibido
pisando la piel de mi anillo.

Por eso,
tu traición fue doble,
arrancaste el cerezo de cuajo
y me dejaste sin palabras
que expulsen el daño que habito.




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