mis manos esmeralda
y el aire se extraña
al verlas tan solas.
Ayer, atareadas,
caminaban tu espalda
y hoy bailan el arpa
de las cinco cuerdas.
Llenas del aroma,
pegadas a tu fragancia de abril,
moveré los dedos para pensarte
y sacar el sonido que me recuerda a ti.
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