lunes, 3 de junio de 2013

Arma de destrucción


El silencio destruye puentes
cuando coloniza el territorio,
se convierte en fuerza bárica
que desintegra el decorado.

De un golpe la ventana se abre
y puede ser una excusa
para que el mutismo marche.

Pero no, no sale
se afianza en su trono
aferrado a las paredes,
impregnado en el ambiente.

El silencio destruye mundos,
se cuela como carcoma
matando desde adentro.

Tan etéreo,
tan solitario,
tan vacío,
tanta fuerza inútil.

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