lunes, 5 de agosto de 2013

Chloé


En la orografía del paisaje
no era un ochomil destacable,
pero su -tez de fruta-
deslumbraba por sus chiribitas blancas.
Sin duda, una chica nenúfar.
especial y sinuosa,
como una mujer de Mucha.
La veía pintar, de lejos,
-en las espuma de los días-
 su presencia me dejaba
-desesperado y, a la vez,  feliz-.
Todo encajó cuando,
con su andar de encaje,
llegó hacia mí diciendo:
-J´amapelle Chloé-.


      "... No quisiera morir sin haber agotado 
   mis labios en sus labios,  
   mi todo con su todo,   
   su todo con mis manos su infinito tesoro, 
   mi amor desmesurado..."           Boris Vian

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