domingo, 12 de enero de 2014

Historia de antesalas

En los días previos,
de los inicios de las historias,
no había resquicio por el que no cupieras.
Te filtrabas en el sabor de la galleta,
en la cola de los gatos,
entre el calor de las lanas
y hasta en el olor de las nueces.
También te colaste en mi pecho,
pero eso es, ya, otro asunto,
eso es contar
cómo empezó a latir la historia.


2 comentarios:

  1. Me resulta un poema irresistible, Luz.

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  2. Si eso es que te gusta, yo... me alegro, cómo no, Pedro.

    Un beso enorme, tamaño 2014 !.

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