Vinieron dos,
maestros de danzas,
sublimes en el arte del roce
expertos en el vuelo del alma.
maestros de danzas,
sublimes en el arte del roce
expertos en el vuelo del alma.
Se presentaron ante mí,
firmes y enamorados,
a ofrecerme sus manos
con la única promesa
de que siguiera sus pasos.
firmes y enamorados,
a ofrecerme sus manos
con la única promesa
de que siguiera sus pasos.
Me maravilla tu capacidad creativa, tu escritura profusa y bella. ¡Felicitaciones!
ResponderEliminarPd: aunque ahora no comente, que ando falta de tiempo, te leo.
Gracias BELLA
ResponderEliminar(... pronto, prontito...)