No todos los días hablan
del amor
y hay ratos en los que
hasta la risa
parece un bien preciado.
Algunos creerán que, en
esos días,
la vida encoje
como el ocaso. Yo prefiero
pensar
que es parecido al reto
diario del escritor
ante cualquier papel en
blanco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario