domingo, 14 de septiembre de 2014

Saciar el hambre



Te untas los dedos con ese
exceso que te regala mi cuerpo
al decirme al oído que tienes apetencia
de las escamas de mi timidez.
Tus palabras me convierten
en gelatina para tu boca
y mis ojos recorren
ese bellísimo espectáculo
que es ver comer a un hombre,
con las manos,
saciándose el hambre.


Foto: Henri Cartier

1 comentario:

  1. imagino que el manjar, debe saber tan bien como el poema...requetequetebueno!

    sonrisas!

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