sábado, 18 de octubre de 2014

De remolinos y tornados



Pintan de ira los creadores
al cubrir de grises las cúpulas,
de los techos del mundo,
del destino de las miradas que añoran.
Y el color cae y tiñe cuando llueve,
mancha de invierno las almas
y de zozobra el destino,
nos diseñan sueños de helio
que explotan al llegar al cielo.
Somos animales diminutos
que nos parece que vivimos,
anestesiados por sus tornados
mareados en su universo imperfecto.
Te confieso que estoy harta,
de girar en sus torbellinos
vapuleada por nada,
siendo capricho de egos
buscando habitación en la esperanza.
Hoy afirmo
que necesitamos nuevos dioses
que dejen de jugar
con remolinos y tornados.

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