Sembraste deseo en el lóbulo de mi oreja
cuando fui leyendo tu postal,
del otro lado del río.
cuando fui leyendo tu postal,
del otro lado del río.
Me contabas tantas cosas,
como lo que harían nuestras pieles
cuando se vistieran de ternura.
como lo que harían nuestras pieles
cuando se vistieran de ternura.
Hablabas de los enredos de cabellos,
de los dedos y las lenguas,
de que andarías por mi vientre
hasta encontrar cobijo,
y de que buscarías, en el valle de mis piernas,
todos mis gemidos.
de los dedos y las lenguas,
de que andarías por mi vientre
hasta encontrar cobijo,
y de que buscarías, en el valle de mis piernas,
todos mis gemidos.
Y tuve que parar en un rincón,
a que mi mano,
recogiera tu cosecha.
a que mi mano,
recogiera tu cosecha.
Lindo, sensual y muy bien acompañado por la música elegida..
ResponderEliminarSi lo has disfrutado, entonces, ha tenido sentido.
ResponderEliminarUn beso bella.