si esperas a que llegue su eco,
vendo humo con el que almibarar cuchillas
enterradas en el descuido de los días,
vendo horas invisibles
que desconciertan calendarios,
vendo el extremo de un hilo rojo
que siempre estuvo libre,
vendo la emoción del descubrimiento inútil
que no alcanza para dar sentido a los desgarros,
vendo al pájaro y a su mensaje,
al prólogo y al epitafio,
y al fanal comtemplativo
de los principios sin finales.
Luz,Carmen:este poema es maravilloso, bello, increíble, iimplacable.Lo subrayo con hilo rojo.Si lo vendes, lo compro.
ResponderEliminarDe nada sirven esas cosas, Pedro. Te estimo, no te las vendería.
ResponderEliminarSaludos,