viernes, 12 de junio de 2020

Desafío


Allá donde culmina el esfuerzo
siempre exhibimos un catálogo de argumentos. 

¿Dónde apoyarnos
cuando la presión externa
es un ciego titán sin empatía?

Quizá sea el amor, 
quien propulsa la fuerza, 
henchido del empuje que da la deuda de sangre.

Pero cuando la noche se apaga, 
y ella duerme, 
pienso que nada sirve. 
Que los motivos están podridos 
y que los gigantes siempre ganan. 

Menos mal que me vence el sueño 
y con ello, 
todas las conquistas me parecen posibles. 

Y llega el día
que me devuelve otra vez 
al temor de abrir esa puerta, 
a que detrás de la puerta no haya vida, 
a que su vida se desplome en cualquier momento. 

Creo que llegué a la raíz del miedo,
a pensar que no soy suficiente
y que, en cualquier momento, 
esa embestida
podrá conmigo. 






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