Pronto será una historia tardía
lo que ahora arde en el aire.
Lo sé.
Dejo hablar al viento que se sabe dueño
de lo que va y viene.
Y si pudiera hacerme caso,
elevaría la mirada al frente
para que la esperanza sujete
todo el peso del mundo.
Todo pasa, es cierto,
y en esa espera,
todos somos equilibristas
en el fino hilo del vacío.
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