para comprender lo que me trae el día.
Necesito el agua de dos mares
para calmar mis ganas de aullar tus besos.
Lo que yo necesito, de verdad, es
que un pez payaso me cuente
cómo abraza a su anémona
cuando la distancia no le permite,
ni tan siquiera, encontrar sus brazos.
Y cuando encuentres al pez payaso y te diga cómo, espero que nos lo digas, porque es tan difícil eso de amar en la distancia.
ResponderEliminarQuore, te voy a contar una historia..
ResponderEliminarUna vez tuve un amor que tuvo que desplazarse a Canarias. Amor de extremo a extremo, con una península y un océano por medio. Todo el dinero que teníamos (que no era mucho) nos lo gastábamos, sobre todo, en teléfono y, ocasionalmente, en billetes de avión (y no había low cost). Durante varios años, vivimos nuestro amor así... fue intenso y verdadero, pues venció la distancia y permitió una unión tremendamente especial (y una visión totalmente distinta).
Hay millones de historias de este tipo... también es cierto que no hay nada como la corta distancia. Yo la prefiero.
A veces... querer es poder.
Besotes grandes!